Artículo: Polémicas cíclicas del rol, hastío y el blog de reseñas.

Este artículo va a ser el primero y último que haga sobre temas como los que voy a hablar en él. Pasará sin pena ni gloria y no cambiará lo más mínimo el panorama. Pero la verdad, a veces es bueno soltar lastre.

No os voy a mentir. A veces me gustaría volver a ese momento que no entraba ni a Twitter ni a Facebook, como si fuera un pequeño ermitaño rolero. Cuando solo me enteraba de las cosas por los pocos blogs que seguía y el boca a boca. A veces, en esta época exponencialmente más agresiva, la toxicidad me satura, ya me pasaba con los foros hace más de una década. Como persona muy obsesiva, rumio las cosas, una y otra vez, terminando muy dolido en algo que francamente no puedo solucionar.

Como persona con tendencias depresivas, según en la fase que ande, pues o me resbalan, me lo tomo con humor, entorno los ojos, me cabrean o me duelen. No soy una persona fácil, siempre estoy a la defensiva y soy de tendencias broncas cuando estoy de mal humor. Además de una tendencia a estar siempre a la defensiva y esperar lo peor de todo el mundo.

Por supuesto ¿Que tiene que ver esto con el rol? Veamos, he tenido varias etapas en mi vida y he centrado mi ocio en distintas variantes, aunque sin dejar de lado las otras. En estos últimos 10 años me he centrado en especial en el rol. Mi ludoteca física ha pasado de una decena de libros más o menos a más de un par de centenares y mi ludoteca virtual de un para de centena a millares. Y también me he informado ampliamente…

Y ahí está el Quid de la cuestión, he conocido juegos y personas maravillosas… pero también su parte más tóxica. Desde los enfados entre seguidores de ciertas visiones del ocio, creación de puertas al campo, repartimiento de carnets, fanboyismos de editoriales, defenestración de editoriales y un largo etc… de una afición comparativamente pequeña, pero muy ruidosa… y que como toda afición no suele molestarle tanto como se produce algo y si la calidad del libro, el tiempo que tarda en llegar a sus manos y lo que cuesta.

Claro está, por mis tendencias intento entrar lo mínimo en Twitter, y centrarme en mis mensajes, mencionados y poco más, porque termino escalando a veces pagando justos por pecadores. Lo que no está bien. Y sí, he tenido más de una vez la idea de para qué estoy haciendo este blog y si de verdad me gusta la afición del rol, o más bien una versión idílica de él.

Como muchas veces he comentado, comencé el blog en un momento que lo que se llevaba mucho eran los cebos. Osea, cebarse en un juego y/o editorial, muchas veces con palabras gruesas o por el contrario, ofrecer publireportajes que terminaban conmigo a veces teniendo en mi mano juegos que no sabía que hacer con ellos (aunque esta vertiente prolifera y suma adeptos). Gracias al cielo que hay muchos reseñadores que pasan del culo de todo y hablan en profundidad de los juegos.

Siempre he creído en la máxima que si algo te gusta, debes ser crítico con él (o incluso más, por ejemplo soy bastante permisivo respeto a juegos de superhéroes o de mechas, principalmente porque no me interesan tanto y estoy seguro que otros les pondrían mucha más pegas), que se deberían hacerse reseñas de juegos que te llamen la atención o te gusten para no despiezarlos (aunque siempre he comentado que hay más juegos «regulares» que malos u horribles en el mundillo del rol), que hay que huir de lo posible de la reseña mercenaria, porque además se nota que estás a disgusto, pues termina provocándote pereza a la hora de hacerla (mea culpa, por ejemplo tengo que hablar con un responsable de una editorial para darles el dinero por un juego que iba a reseñar. Ya que a pesar de que el juego es correcto, no tengo ganas de hacerla… Y recordad, que no cobro de esto, lo hago por amor a esta afición y por diversión principalmente).

Y las editoriales, hablar de editoriales es como pisar un campo de minas. Me he encontrado de todo, algunas que es un gusto «trabajar» con ellas, otras que se mantienen neutrales (lo que se agradece también) y otras que son hostiles… y eso hablando solamente de las reseñas.

Aunque muchas de ellas, especialmente en nuestra afición son poco más que unos cuantos amigos con muchas ganas, otros trabajos que les permiten tirar para adelante y publican cosas que les llaman la atención para cubrir gastos y poco más. También hay editoriales que son más «grandes» y que pueden permitirse dar trabajo a otros y cuando hay trabajo de por medio, pues muchas veces pecan de lo mismo que la empresa media española .

No es que lo tengan fácil , todas ellas, ya que con los materiales, las imprentas, los números comparativamente más reducidos de ventas o con las distribuidoras que como siempre se llevan la parte del león. El aficionado pide novedades, ya que las líneas se abandonan tras el básico y unos cuantos suplementos (con suerte), el hype se desinfla y tiramos al siguiente libro, en parte por nuestra mentalidad consumista, en parte porque la editorial pasa de darle cariño tras los primeros meses (muchas veces cuando saco a colación libros de hace un par de años (o meses, incluso), la mayoría de las veces la gente ni los conoce) y cada año tenemos una legión más de títulos que es imposible abarcar, no solo por el precio, sino por la imposibilidad de sacar todo a mesa.

Además, como si fuera una escalada armamentística, tenemos que cada libro debe ser «bonito» en el sentido de saturar el libro con maquetaciones o dibujos a todo color e intrincados, que lo encarecen y hacen pesar a los manuales como un muerto, que terminan usualmente en la estantería a cambio de los pdfs o fotocopias… Pero claro, como vas a volver al blanco y negro o las maquetaciones sencillas (que al final o son suplidas por ilustraciones guays o se te comen), si tienes al de al lado yendo a tope… o eres similar o te comes los mocos.

Y claro, han llegado la IAs, que permiten mantener está escalada a un módico precio y que amenaza a los dibujantes… incluso dentro de unos años ya veremos sino amenazan a los autores. Eso lo unimos al trabajo fan, que se paga mayoritariamente en palmaditas en la espalda y sonrisas… cuando al final, luego se venda como trabajo profesional.

Luego formulas agresivas de venta que provocan la asfixia de las tiendas pequeñas cercanas a nuestro ocio (Descuentos, regalitos especiales si es venta directa desde la editorial, limpiezas de almacén con precios por los suelos) y ya no hablemos de puyas, dagas voladoras y demás a la competencia directa o a gente que no está de acuerdo con este tipo de políticas.

Y los sueldos miserrimos a colaboradores (si es que les pagan… claro). En fin ya habla por si mismo.

¿Adonde quiero llegar con esto? El rol es un ocio muy bonito, permite conocer a gente maravillosa, pasar un rato bastante sano permitiendo ejercitar la imaginación, la táctica y el pensamiento constructivo (según el tipo de juego al que le des), hay una gran variedad de juegos que encajan a su vez en una gran variedad de tipo de personas etc…

Pero como todo tiene sus vicios, usualmente porque la gente es como es, el sistema es como es y como ocio de nicho, solo podemos financiar un cierto número de compras antes de petar o que se nos echen de nuestras casas (con razón…). Si se quiere mi opinión. Bajaría el ritmo, daría más cariño a los juegos que ya están en el almacén, juntaría editoriales pequeñas para hacer más músculo para poder pagar decentemente (lo que repercutiría en una mayor calidad) y sí, bajaría el listón respecto a esta horrible carrera armamentística que lo único que deja son cadáveres… y puede que al final uno de ellos sea la propia afición.

6 comentarios

  1. Creo que hay varios aspectos diferentes que tratas en la entrada, unos más universales y otros más intrínsecos al rol. Creo que el exceso de oferta, las tarifas abusivas y, con la llegada de las IA, un cierto desprecio hacia la creación artesanal, son bastante ubicuas en el ocio ahora mismo, mires al mercado de libros, series, películas o cómics. Nunca ha habido tanta oferta pero al mismo tiempo nunca ha sido una oferta tan irregular y, a menudo, tan mal remunerada hacia los creadores. Nunca ha sido más fácil publicar, pero nunca se han confundido tanto productos amateurs y profesionales. Y no tiene pinta de que vaya a mejorar.

    Otras cosas sí que son más endémicas del rol, donde tenemos que añadir un mercado minúsculo en el que cada uno tira por su lado y una facilidad pasmosa para irnos a los extremos. No sé hasta qué punto es realista reducir los lanzamientos si queremos una industria sólida (que creo que ahora mismo no tenemos), aunque confieso que la idea de la unión de editoriales parece una propuesta interesante (pero no sé si muy viable). Yo también querría que se desarrollaran más las líneas pero hasta que el mercado no demuestre lo contrario, los básicos son más rentables que los suplementos, y como en todas partes, aquí manda Don dinero.

    Creo que parte de estos problemas se podrían arreglar aumentando la base de jugadores, que permitiría un mercado más saludable y una mayor profesionalización del sector. Pero es algo que se sabe desde hace mucho y que nunca se ha sabido muy bien cómo hacer (porque también requiere recursos y las editoriales prefieren invertir esos recursos en la producción, comprensiblemente).

    En fin, como digo son muchas cosas diferentes y, a mí al menos, no me da la sensación de que vaya a cambiar algo a corto plazo. Pero yo suelo equivocarme bastante…

    Me gusta

    1. También algo de seguimiento de los juegos estaría bien. Recuerdo que uno de mis post con más visitas hable de los juegos olvidados… hace años y seguimos en las mismas. Creo que aún más ¿Quién recuerda Monster of the week o Spire? Y estamos hablando de juegazos.

      Le gusta a 1 persona

  2. Todas las cosas, cuando las conoces a fondo, suelen mostrar una cara positiva y otra negativa. Lo mejor es quedarte con lo positivo y disfrutarlo, y tratar de minimizar u olvidar rápido lo negativo. Espero que lo positivo de esta afición acabe ganando para ti.

    Estoy de acuerdo en lo que dices de la saturación del mercado, siempre se vende la novedad, las ansias consumistas y todo eso. En realidad, como consumidores podemos influir en el mercado si suficiente gente se lo plantea y, por ejemplo, deja de caer en el hype del momento.

    Me gusta

    1. Se agradecería un seguimiento y crecimiento de afición para cada juego, aunque fuese chiquitita. Pongo como ejemplo Monsterhearts 2, juegazo muy olvidado por desgracia… o Monster of the Week, juego de hace poco y ya sepultado.

      Me gusta

  3. «(…) bajaría el listón respecto a esta horrible carrera armamentística que lo único que deja son cadáveres… y puede que al final uno de ellos sea la propia afición.»

    Por no hablar del mercantilismo obsesivo. No niego el derecho de los creadores a ser retribuidos. Pero añoro esa década dorada a principios de siglo donde casi cualquier propuesta tenía una alternativa gratuita, creada con cariño, compartida con generosidad y con calidad que poco tenía que envidiar a sus alternativas comerciales.

    Me gusta

    1. Y lo hay, aunque más en inglés, hay mucho juego y módulo gratuito. Pero claro es normal que las editoriales tengan publicidad. Eso sí, aún siendo ocio si alguien quiere cobrar por su tiempo, lo suyo es que sea retribuido su esfuerzo de forma honrada

      Me gusta

Deja un comentario