Artículo rolero : Confesiones de un director de rol veterano en prácticas

Para dejarlo claro, estos consejos y vivencias son muy personales centradas en mi vivencia como rolero. Como quien dice toda persona es un mundo y en este ocio también se da el caso, puede que nos fijemos en cierto tipo de estilos de narración inculcados por los juegos que dirigimos o los directores que hemos tenido a bien jugar por el camino, pero lo que deberíamos tener siempre en cuenta es que deberíamos diferenciarnos del resto, crear nuestro estilo propio amoldado por el grupo de jugadores que tenemos enfrente, nuestro público, sin dejar de jugar a lo que nos gusta… y eso es complicado.

Han sido 21 años de experiencia en los que en la mayoría de ellos he sufrido la sequía de jugadores (principalmente por mi timidez y por moverme más bien poco el culo para buscarlos, todo hay que decirlo), pero de todo se aprende, desde los tiempos donde jugaba unas 6 horas al rol cada día del fin de semana al momento que solo releía libros de rol para añorar tiempos mejores.

Ha habido muchos palos en el camino, y dios sabe que en algunos casos el llamado gatekeeping me ha puesto muchisimas trabas (por eso intento meter a gente profana o que busque juegos diferentes) se encuentra en nuestro ocio de una forma que seguimos siendo minoritarios, no solo porque sea «raro» el ocio, sino porque consciente o inconscientemente creemos que debería seguir siéndolo.

Por lo que en este artículo hablaré un poco de todo y nada, respecto a mis propios gustos como director. Porque ser imparcial en este caso… pues es complicado.

Rol por internet (hablado y escrito)/rol en mesa

Yo estoy viviendo en un pueblo pequeño donde en su momento junto a un grupo de amigos tuvimos un grupito de rol de 8 personas que ibamos rotando nuestras partidas hasta que ya solo quedamos 3 (los videojuegos, salir, las chicas… es normal que al final quien no le emocione en demasía lo deje en esos años post-adolescentes). Disfrute (y me frustre) en esas interminables sesiones de rol donde cometíamos muchísimos errores, muchas gamberradas y había muchas risas, aunque hubo momentos de emocionarse y de pura acción. Todavía tengo muchos recuerdos de aquella época (muchos de ellos son mi Vietnam rolero personal). Y sí, el juego de mesa mola incluso aunque estés entre cafres…

Pero llevo un momento que nadie quería y tuve que buscarme otros pazos más frescos, para eso estaba el rol por internet, primero por foro, pasando por varios de ellos donde me encontré gente de todo tipo y sí, los inefables amigos de los creadores de la web (mientras te lleves bien con ellos, todo guay, sino un infierno en la tierra), en fin no es que me metiera en muchos embolados (soy una persona que no se calla) pero llego un momento que preferí volar por mi cuenta, me quede con unos pocos amigos con los que hacía rol por escrito por googledrive (al final otro tipo de chat, solo que podías modificar el mensaje y escribir al mismo tiempo). Hasta que hace relativamente poco me quite otra capa de timidez y empecé las partidas por voz.

Ahhh y me quite la espinita del rol en mesa en las jornadas, pero eso ya es otro tema del que hablar. Resumiendo mi experiencia me indica que cada tipo de rol tiene sus puntos buenos o malos, pero que el rol en mesa le gusta mucho más a la gente, puede que haya charleta fuera de partida, aunque no te enteres de todas las subtramas que hay (la gente rolea sus personajes mientras el director está con otros jugadores o puede haber una confusión, especialmente en momentos dramáticos), pero es fácil saber cuando un jugador lo está pasando mal o se aburre, el lenguaje gestual ayuda muchísimo a la interacción, el sonido de los dados rodando o su tacto, pues es algo que se echa de menos en el aseptico rol online… Pero el rol por internet pues tiene dos variantes, por escrito, que te permite tomarte tu tiempo para pensar los turnos, hace que te olvides de estímulos ajenos y finalmente se queda para la posteridad la partida, y eso está muy bien. En cambio por voz (y por cámara) puede unir los dos estilos, no significa que al estar a la mitad de los dos sea lo perfecto, pero puede ser menos «agresivo» para el que viene de jugar en mesa ponerse de esta forma. Mi experiencia es positiva en cuanto al rol por internet, aunque con más medios de los que dispongo supongo que será incluso mejor.

Campaña, campaña corta y oneshot

Según avanzaba la edad, mi grupo de amigos pasamos de maratonianas campañas con personajes que subían niveles a base mucha suerte (bendito señor de los anillos y su alta mortalidad a causa de la aleatoriedad), a pequeñas campañitas, según iba (especialmente yo) queriendo probar juegos nuevos. A terminar con One-shot cuando me ha tocado jugar por online. Y todas estas variantes tienen sus pros y sus contras (si, incluso las campañas largas).

Para hacer un símil, la campaña sería una serie de larga duración, la campaña corta, una mini serie y el oneshot, una película. Y en los tres casos, hay de buena, regular o mala calidad, ya es más por el director y especialmente por el apoyo de los jugadores, ya que si el director pone el andamiaje, son los jugadores los que construyen el resto del edificio con sus elecciones y aportaciones (especialmente con los juegos de nueva ola).

Hace 15 años que no juego una campaña de larga duración, pero mantengo mi opinión de entonces, me encantaba ver como evolucionaban los personajes, como se complicaban sus historias, como modificaban el entorno de campaña con sus acciones… pero quería otras sensaciones, soy de los que en cuanto entra otro juego nuevo quiere probarlo y sacar una partida… Bien, la solución es altenar partidas one shot, o minicampañas entre la larga campaña interminable. Pero no todos los jugadores aceptan este hecho, se sienten cómodos en una ambientación o con ciertos personajes, a veces lo mejor es incluso pedir que haga otro de director, lo que nunca hay que hacer es terminar con hastió por jugar en exceso a un juego.

Las minicampañas me encantan, juegas de 3 a 6 partiditas, ves como tus personajes evolucionan como cambian el entorno… y pasas al siguiente juego con un buen sabor de boca y no sintiéndote saturado. Por mi parte, es el modo de juego que más me gusta, aunque me cuesta mantenerlo, incluso en online, al final todos tenemos cosas que hacer y además tengo cierta tendencia a anunciar otros juegos de por medio, por lo que se enfría el animo. Que decir, es una modalidad que se debería probar, ya que no sientes que tu personaje le queden historias que contar, pero tampoco se convierte en una telenovela.

Los one-shot son eso, pequeñas películas de una sola tarde o un par que dejan ver un fragmento de la vida de los personajes y francamente, es mi modo de juego «preferido» en el sentido al que más dirijo, principalmente porque intento mostrar el mayor número de juego «raros» posibles y esta forma de juego permite llegar al mayor número de personas posible. Por lo demás pues eso, puede haber una buena historia, grandes personajes, pero muchas veces te quedas con ganas de más. Pero oye, es genial para desconectar de grandes campañas y el estilo que se ha de utilizar en jornadas.

Síndrome de la casita del árbol o como poner puertas al campo

Este es un tema penosamente de moda, incluso años después de la apertura del rol al gran público en estas últimas décadas después de ese recorrido en el desierto que fueron las noticias sensacionalistas de la televisión (la cual he dejado de ver excepto series y películas). Seguimos haciendo que entre novatos, sea como jugadores o directores algo que sea cuesta arriba, y ya ni pienso hablar de si son mujeres u otros colectivos de los denominados vulnerables, que ya es para pegarse de cabezazos contra la pared. Queremos que nuestro ocio sea grande… pero mantenerlo chiquitito, hacerlo exclusivo y mirando por encima del otro ocios. Es más relegando a cierto tipo de jugadores o tipos de juegos a rol de segunda clase, repartiendo carnets sobre quien o como se juega mejor al rol, despreciando a alguien por llevar menos tiempo (o por no ser hombre, para que mentirnos).

Yo estuve en un grupo de mierda, tuve ideas de mierda y finalmente según conocí a más gente y más juegos me quite el palo en el culo. Tan fácil como eso, abre tu mundo sea en jornadas, sea buscando grupos alternativos (si son tus amigos de toda la vida, pero si jugando al rol son unos cafres y te ponen frenos, pues ya quedarás para tomar algo o para otras cosas) o vía internet.

Y por último, puedes quejarte de un libro, de una forma de juego, de un autor o de una editorial (siempre con el volumen de quejas que se merezcan) es algo normal, se debería naturalizar las críticas dentro de la educación (a ser posible). Bastantes hooligans tienen ciertos ocios para llenar el nuestro de ellos. El juego, la editorial, el autor o tu forma de pensar no te eligen a ti como si fueras un elegido divino, sino al contrario, no eres especial por ello (lo serás por otras cosas, no te dejes arrastrar por la manada). A veces eso, se siente solo, es fácil ser uno más, pero si queremos hacer de este ocio algo especial deberíamos cambiar.

Juegos indies vs juegos clásicos

Antes de nada, ninguno de los estilos es mejor que el otro, cada uno proporciona cierto tipo de ventajas e inconvenientes. También una cosa, son tan amplios que en realidad, vas a encontrarte juegos de una misma ambientación con sistemas muy diferentes que buscan cosas muy distintas hablando de lo mismo. Y eso, mola. En serio, no deberíamos sentir que todo está inventado o que antes ya se hacía mejor (lo siento, esto suele estar unido a la nostalgia o a jugar mucho tiempo a x juego que utilizas como baremo (para mal obviamente) al resto de juegos).

No nos engañemos todos empezaron siendo juegos indies, osea gente con mucha ilusión, un sistema propio y muchas ganas de venderlo, que luego amarro a una gran parte de la afición y se convierten en clásico (especialmente si se sigue jugando con el tiempo. Especialmente a los inicios nos gusta (y a muchos les sigue gustando) la simulación. Son sistemas complicados porque deben de serlo, buscando el detalle acompañando a la esencia y eso puede que haga algo lento el juego, pero oye a cambio con cada tirada tienes un apoyo enorme en la narración (aunque si el sistema se convierte en un carrusel de tiradas puedes que obvies lo de narrar por pura desgana). Sus temas son populares y con gran impresión en el imaginario rolero, eso también atrae a la gente.

El indie antes de pasar a juego clásico, busca ante todo la sencillez, suele ser juegos que buscan la esencia, lanzan el menor número de tiradas posibles y dan un peso importante a los jugadores o diluyen la entidad del director de juego. También utilizan sistemas más alternativos (Nota: ¿O dios, me estás diciendo que no usan dados? Alguno hay sí y funcionan como un reloj). A cambio buscan otros públicos ya que otros juegos mayores han asimilado al resto, es por ello que se atreven con temas más particulares o buscan sistemas más «extravagantes».

Por mi parte, adoro las dos vertientes, aunque con la edad me voy tirando por lo indie más porque busca el one shot y la pequeña campaña frente a la gran campaña (que me da mucha envidia, pero sin un grupo estable no me atrevería a jugarla. Ya es darles oportunidades a todos (para eso están las jornadas ¿No? y quien diga que es para quedar con gente que llevas tiempo sin ver es que se pierde parte de las partidas (o duerme demasiadas horas).

Jornadas de rol

Al tener que desplazarme a cualquier lugar en coche para poder jugar a mi ocio favorito tras la desbandada de mi grupo de juego inicial, y con una personalidad timida y siempre a la defensiva, no me atreví a jugar en muchas jornadas, especialmente las grandes hasta hace 7 años. Desde entonces he sido un adicto a las Rolea y TDN. También he ido a las LES (pero me saben a poco) y he ido a jornaditas más reducidas.

Y bueno, no os voy a mentir he tenido experiencias de todas, pero ninguna tan mala como para aborrecerlas, aunque si he escuchado algunas historias para no dormir, para que vamos a mentirnos. En las jornadas van gente de todo tipo con todo lo que eso significa. Allí he conocido gente que prefiero no volver a jugar (aunque tampoco es que tenga un odio intenso, ya tengo suficientes bloqueados en las redes sociales), gente que vuelve a mis partidas y eso se agradece un montón y amigos que hemos quedado fuera de ellas.

Lo importante es, mantener la mente abierta, no hacer lo que no quieres que te hagan a ti, no pasarte de confianzas (hasta que te la ganes) y mantener la educación ante todo. Con ello, seguro que encontrarás a buena gente con la que relacionarte y es fácil soslayar si alguna partida ha sido mediocre o aburrida por las que te has pasado bien o por la relación con nuevos conocidos. Es una experiencia que merece mucho la pena en físico, en virtual pues ya es más distante, aunque algún jugador ha repetido a mis partidas, por lo que eso siempre es agradable.

Espero que os haya interesado mis experiencias, ¿cuales son las vuestras?

2 comentarios

  1. Hay algo con lo que no estoy de acuerdo: con la idea de que consciente o inconscientemente queremos que nuestra afición siga siendo minoritaria. No creo que debamos sentirnos «especiales» por jugar a algo que solo conocen unos pocos elegidos. Siempre he pensado que cuanto más famosos sean los juegos de rol, más gente las juguemos y más rentable sea para las personas publicar rol, más tendremos para elegir. Respeto tu opinión, claro, pero me llama la atención la idea, sobre todo porque no es la primera vez que escucho a alguien decir esto, y nunca lo he entendido.

    Yo para jugar por voz prefiero jugar en mesa, la verdad. Y el rol por foro me gusta mucho también, porque tiene otro estilo más «literario» que me atrae, la verdad. Es verdad que el ritmo es más lento, pero tiene otras compensaciones, como el poder reflexionar más lo que vas a escribir, por ejemplo. Ahora mismo no sabría decirte qué formato me gusta más, aunque creo que me terminaría decantando por el tradicional rol con amigos, sentados alrededor de una mesa :).

    Con respecto a las campañas cortas, las largas y las partidas sueltas… todas tienen su lugar en el mundo. Coincido contigo en que una campaña corta es el punto medio ideal para probar un juego y poder saltar al siguiente, que con la gran cantidad de juegos que existen, es una pena no poder probarlos TODOS ;). Pero siempre he dicho y creo que siempre diré que mi experiencia rolera definitiva fue dirigir la Gran Campaña de Pendragón, de principio a fin (en catorce meses). Es una experiencia que creo que merece la pena llevar a cabo, si tienes la oportunidad.

    Coincido contigo en que hay que hacer el hobby accesible para todo tipo de personas. Yo empecé jugando en grupos muy «familiares», es decir, con hermanos (y hermanas) y amigos (y amigas) y jamás entendí que el rol fuera algo dirigido al varón heterosexual blanco. Creo que es algo que puede atraer a todo tipo de gente, y que hay juegos para todos los gustos: más tácticos, más narrativos y más de todo. Lo que creo que está muy bien es, en primer lugar, jugar con distintos grupos, si tienes la ocasión. Eso te abre mucho la mente a distintas formas de jugar y entender tu afición. Y, por otro lado, a irte de grupos en los que no estás cómodo. Yo no he tenido experiencias realmente negativas en este sentido, pero sé que existen y realmente no tiene sentido estar con gente que te hace sentir incómodo solo por poder seguir jugando al rol. Hay más grupos de gente con los que jugar.

    Sobre los juegos indies o los juegos clásicos, yo he empezado jugando a El Señor de los Anillos y RuneQuest y con el paso de los años he pasado por Ars Magica, FATE y juegos tipo PbtA y cada uno me ha proporcionado experiencias a la vez muy parecidas y muy diferentes. Es normal que tengas ciertas preferencias pero también es muy bueno probar un poco estilos de juego que no son el tuyo. Puedes descubrir cosas interesantes. Para mí D&D (en todas sus versiones), FATE y PBTA son todas rol y todas tienen sus cosas buenas.

    Sobre las jornadas, yo soy muy fan de las LES, básicamente porque me pillan cerca de casa ;), pero también porque son muy variaditas en cuanto a actividades: rol, wargames, juegos de tablero, etc. Además, en los últimos ya me iba también con la familia, y era una tradición muy bonita la de ir con la mujer y los niños a descubrir juegos nuevos y a hablar con amigos a los que solo veías una vez al año. Y a cotillear con la gente del mundillo.

    En fin, que una entrada muy interesante, gracias por escribirla. Espero que no te haya sonado muy agresivo el primer párrafo ;).

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    1. Pues como he comentado no creo que TODOS queremos que sea un lugar cerrado, pero cuando la gente pone trabas por x o por y, se da esa idea. Especialmente curioso es quien se queja de que no haya más gente pero les ponga luego la zancadilla.

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