Material Descargable: Módulo de terror oriental sin sistema «Yomawari, Bring me a wish»

Pues este fin de semana pasado ha sido las Tolerol, y ni corto ni perezoso hice dos partidas como director como he estado haciendo desde que se iniciaron. En este caso decidí sacar una partida de prueba de Follow (que resulto muy divertida y reitero que es un juego muy bien hilado donde su sencillez juega a su favor) y una partida de Little Fears que es la que os pienso ofrecer en este artículo.

Little Fears es un juego de terror que ya tiene su tiempo (20 años que se dicen pronto) y fue el pionero de muchos otros juegos que utilizaron a los niños como protagonistas en sus aventuras sean terroríficas o no, especialmente tras la ola de público necesitado de estas temáticas tras Stranger Things. Pues bien, a veces el original mantiene su magia frente a sus «descendientes», especialmente por la dureza de su temática, la sencillez de su sistema y lo particular de su universo de juego.

Esta aventura nos ofrece hacer nuestros pinitos en este juego, pero tomando de referencia a un videojuego de nombre homónimo que nos permite viajar a un Japón encantado donde a los niños buenos le pueden pasar cosas muy malas. Obviamente al no tener sistema se podría jugar con otros juegos de este tipo, simplemente trasladando a los personajes al otro sistema. Advertencia: El juego toca temas como el maltrato animal, maltrato infantil y el suicidio.

Espero que os resulte interesante y tengo que agradecer a mis jugadores de las jornadas por aguantarme y jugar a esta aventura. Los enlaces de descarga necesarios para jugar están al final del artículo.

YOMAWARI-SAMA, BRING ME A WISH

Yomawari, Yomawari, siempre esta vigilando, llevándose al malo y al bueno,

Yomawari, Yomawari, él te juzga, sabe tus pecados y devora al malo,

Yomawari, Yomawari, espera tranquilo, sabe tus buenas acciones, cumple tu deseo,

Yomawari, Yomawari, pero no te equivoques, en cualquier caso, el resultado no es bonito.

Aviso antes de partida

Este módulo inicialmente fue creado para Little Fears, un juego de terror donde interpretas a niños, pero que se distingue de otros juegos por su dureza, ya que además de los peligros sobrenaturales, se tocan temas terroríficamente reales. En este módulo que nos ocupa  nos encontramos con maltrato animal e infantil y suicidio. Tenedlo en cuenta por si tenéis que suavizarlo.

Resumen

Nos encontramos en un pequeño pueblo de montaña del Japón rural de finales del s. XX que tiene la particularidad de que ciertas noches del año es poblada de espíritus malignos. Allí Hina, una pequeña niña, ha invitado a sus amigos a una pijamada, ya que sus padres van a estar fuera toda la noche y toda la mañana(los niños también pueden estar con las niñas ya que han conseguido engañar a los padres, diciendo que iban a dormir en la casa de otro niño). Tras comer algo, jugar a juegos y ver películas ignorando los golpeteos y ruidos de afuera de la casa (es una de las noches “encantadas” cuando los niños peligran si salen fuera de la casa) parece que la noche va a acabar con todos durmiendo felices, pero Hina está preocupada por su perro Poro, que ha dejado fuera, porque sus padres no quieren que entre por la noche. Por lo que hace que todos los niños la acompañen para llevarlo al interior al escuchar aullidos de dolor del perro.

Allí verán como Poro ha desaparecido y Hina en un momento dado es arrastrada por el Yomawari, un dios local tenebroso que se enfoca en los niños, premiando a los buenos y castigando a los malos, pero tanto en un caso como en otro sus acciones son desagradables. Los niños saben que pase lo que pase con Hina será a las 3, la hora de los espectros y tan solo queda un par de horas para ello.

El camino hasta el templo no tiene pocos peligros, en las calles, espectros y sombras deambulan buscando a inocentes a los que poseer y el camino que lleva hasta el templo pasa por ir  al colegio (que precisamente no está vacío de monstruos) hasta llegar a las vías donde descansa el tren abandonado, un aparato siniestrado que llevo a una vía muerta.  En cada uno de estos lugares habrá espectros que querrán martirizar a los personajes y en ambos casos encerrarán el paso para poder capturar a los niños. Finalmente llegarán al templo donde  Hina estará frente a una soga, mientras que Yomawari le incita para que se cuelgue. Convencerla para que no lo haga, puede derivar en que fallen y termine colgándose o escapen junto a la niña, aunque el Yomawari siempre se cobra su precio.

Algo pasa en la familia de Hina-chan

Pnjs importantes

Los padres de Hina son una pareja que tiene dos caras, incluso más de lo acostumbrado, según si están dentro de su casa o fuera. Su padre es un empleado no muy importante en una empresa mediana que  viaja todos los días hasta la ciudad para trabajar, a su vuelta gasta toda la frustración con la familia, especialmente con Hina y con Poro, el cual lo odia profundamente. La niña intenta por todos los medios que no dañen al animal y no enfadar a su padre, aunque no son pocos días que termina siendo maltratada. Su madre tampoco hace nada para impedirlo, realmente alimenta un desprecio por su hija apenas escondido por que perdió su figura con el embarazo y se siente encerrada en este matrimonio sin amor, si bien no la maltrata físicamente, hace lo que puede para martirizarla de otras formas, aunque sin que sea visible por el que dirán. Aunque para las visitas y para la gente de su alrededor son una pareja encantadora, con una niña algo revoltosa.

Poro es un perro de raza indefinida tan enrazado que se pueden ver características de muchos tipos de perro en él, aunque es de tamaño medio y su color de pelo tirando a gris es muy bonito. Es muy cariñoso tanto con los ajenos (lo que lo hace un fatal perro guardián, algo que no le perdona el padre) como con Hina. La niña siempre tiene la escusa de sacarlo de paseo para alejarse de las peleas de sus padres y rezar porque a la vuelta se hayan calmado los ánimos. Sino está de paseo con Hina, se encontrará atado a la caseta, aburrido. Tiene una fidelidad absoluta a Hina, la cual al ser maltratada por los padres lo que hace que el animal les tenga especial manía. Es tan fiel que tras su muerte volverá a la vida para proteger una vez más a Hina, incluso a costa de su alma inmortal.

Hina (Hina-chan para los amigos) es una niña algo más alta de lo normal para su edad, con una sonrisa sempiterna y que siempre busca agradar al resto de personas de su alrededor, como si temiera fallarles. Sus estudios están sobre la media, pero tampoco es que destaque y quizás lo único, que la diferencia del niño medio  es que siempre lleva ropa de manga larga y que tiende a consolar y ayudar (si se dejan) a las victimas de maltrato por parte de sus compañeros, justamente tiene algunos amigos por este comportamiento, por lo que forman un grupo pintoresco. A pesar de que ha recibido burlas por ello parece ignorarlas, es como si le resbalase lo que digan y hagan, ya ha sufrido tanto que le cuesta hasta llorar.

Yomawari-sama es una antigua deidad creada por los miedos de los niños del pueblo en tiempos remotos, creada por el poder de Closetland, ha crecido independiente de su rey y ha creado sus propias reglas que sigue a rajatabla en su cacería de niños (nota: Esto se puede ignorar sino juegas a la ambientación Little Fears). Siempre baja en noches señaladas a altas horas de la noche (aunque tras el abandono de su adoración ha hecho sus cacerías sean más cercanas en el tiempo), se lleva a un niño al que según sus propia mentalidad toma como “bueno” o “malo”. En el primer caso lo premia, con un deseo, que usualmente suele retorcer para hacer daño al niño o a su entorno. En el segundo caso lo asusta lo indecible antes de devorarlo, aunque los mayores no recuerdan que el niño existiese, los niños si saben de esta perdida. Es por lo tanto un ser grotesco y peligroso del que no deberían fiarse los niños, incluso aunque este supeditado a su papel de dios.

Partida

1ª parte: Un secuestro en la oscuridad

Comienza el cuento

Hina al saber que sus padres se van a ir durante la noche (si, esta noche encantada donde los niños temen salir afuera) y toda la mañana del siguiente día, ha decidido hacer una gran pijamada donde poder olvidar lo que ocurre en el exterior y pasarlo bien con sus amigos. Los personajes se encuentran al inicio de la partida divididos en dos grupos, uno compuesto por las niñas  que ya están en la casa de Hina, preparando la noche de pijamada en el salón, en tanto que Hina se está despidiendo de sus padres, los cuales no parecen tener mucha empatía por su hija, pero que saben que quedarían mal si se negaran en redondo a una noche con las amigas de su hija, algo malhumorados ofrecen veladas amenazas a que si pasa algo habrá un correctivo cosas del estilo “Hina cariño, si hay algo fuera de su lugar a la vuelta nos vamos a preocupar por ti… No hagas que nos preocupemos.- Hina asiente  a ellas con complacencia e indica que van a ser buenas, aunque quizás las niñas puedan notar el temblor en su voz.

En tanto los niños esperan afuera tras unos matorrales al frente de la casa con todo lo necesario para la pijamada, han estado allí desde hace un cuarto de hora y esperan al momento de que los padres de Hina se vayan. Poro se ha percatado de ellos y mueve el rabo y gimotea deseando que lo acaricien. Pero la aptitud del perro cambia cuando los padres de Hina salen de la casa. Gruñe al padre al pasar  por su lado camino al coche y este sin darle una segunda mirada le pega una patada en el estomago que duele incluso a la distancia, todo ello sin cambiar el gesto de su rostro, para poco después marcharse acompañado con la madre de Hina, mientras que el perro aúlla dolorido. Si se acercan a él, Poro es un perro amistoso y les lamerá las manos,  aunque parece que la patada le ha sentado especialmente mal, por lo que pronto se meterá en la caseta a lamerse las heridas. En realidad la patada ha sido más de lo que Poro podrá aguantar y morirá en media hora sin hacer ningún ruido, luego se levantará por culpa de la magia especial de esta noche y romperá sus cadenas para moverse alrededor de la casa  intentando asustar a los espectros que la cercan, una vez más mostrando la fidelidad a su dueña.

Ya todos reunidos, Hina intenta quitar peso al asunto y empezará a ofrecer comida y bebida mientras pone alguna de las películas de Ghibli que tanto le gusta para empezar la noche, indica que tiene además juegos y demás para estar hasta las tantas. Todos los personajes deberían indicar una actividad que muestre un poco la personalidad del niño e incluso hacer una tirada para ver que tal se le ha dado, quizás este buen rato les ofrezca un poco de valor  para lo que sucederá esta noche.

Según avanza la noche, de tanto en tanto se escucha algún gemido lejano o un rostro fugaz pasa por la ventana, pero es algo que por desgracia los niños están  acostumbrados, ningún niño saldría esta noche sin una razón de peso. Aunque en este caso, se presentan en mucho  menor número gracias a la protección espectral de Poro.

Pero hay cosas demasiado fuertes incluso para el renacido perro, por lo que pronto escucharan como Poro empieza a ladrar muy fuerte y luego empieza a aullar de dolor. Hina alarmada deja todo para rescatar a su perro ignorando cualquier advertencia (ya que es lo que más quiere en el mundo), por lo que sale por la puerta para encontrarse que la cadena de Poro está rota y hay un ligero rastro de sangre que sale del patio hacía la calle. Cuando da unos pasos afuera de la cerca que lleva a la calle, una figura humanoide que se había mantenido oculta por la farola se presenta ante ella, es especialmente alta (casi 3 metros) con brazos que le llegan casi al suelo y en uno de ellos lleva un farol que ilumina con una luz azulada  que da un toque siniestro a la zona, al verlo Hina se asusta y cae de culo. La figura ignorando al resto de niños  se agacha de forma antinatural para olerla como si fuera un perro, con una sonrisa demasiado alargada que muestra dientes serrados proclama:- Eres una niña buena, Yomawari-sama te concederá un deseo.- Y antes de que se pueda hacer nada para impedirlo la agarra del cuello y desaparece cubriendo la zona de niebla.

Los niños podrán hacer una prueba para recordar cosas sobre Yomawari-sama, este ser es un dios local especialmente desagradable, del tipo de deidades que se venera para que no hagan daño más que para que protejan o den dones. Este dios se centra en la infancia, llevándose a los niños que están en las calles a altas horas de la noche y juzgando si son buenos o malos, si son malos los devora a la hora bruja (3 de la noche), si son buenos les concede un deseo, el deseo que encierren en su interior con más fuerza, por supuesto, manipula al niño para que desee algo malo para él o para los demás y de igual forma a las 3 de la noche es cuando se cumple. Saben por rumores de la escuela y por historias de  los mayores que el templo de Yomawari-sama se encuentra detrás de la escuela, en un sendero que sube por la montaña hasta llegar al casi abandonado templo (es por este abandono que Yomawari–sama baja cada vez más frecuentemente para sus cacerías al sentirse ultrajado por no ser venerado).

2ª parte: Caminar en una noche embrujada

Las calles están casi vacías, con algún adulto que viene achispado de alguna fiesta o gente noctambula que está deambulando por trabajo o intentando acabar con su insomnio gracias a algo de deporte nocturno. Cuando hay adultos de por medio, no hay peligro, pero cuando no están, hay sombras que intentan alcanzar a los niños (son especialmente lentas) para poseerles y espíritus enfadados que podrían hacer daño a los niños si se acercan demasiado. Aunque no puede faltar seres como la mujer de la cara cortada, que podría atacar a los niños o seres como el perro con cara de hombre, que pueden asustar a los niños, aunque más por diversión que porque quieran hacerles daño. Mantenerse entre las luces o buscar la gente les hará el viaje más seguro, pero quizás empiecen a sentirse más temerosos o sufran alguna herida, aunque hay una tienda 24 horas que les permitirá un respiro y recuperarse  ante la aburrida mirada del trabajador por horas que se encuentra en la tienda.

En su camino podrán ver a Poro, que de vez en cuando guía a los niños por las calles y asusta a los espíritus menores para luego desaparecer de nuevo. En realidad, como ya se ha comentado, Poro falleció a causa de la patada, pero el cuerpo reanimado vaga por el pueblo intentando ayudar a su querida dueña. Pero sabiéndose débil solo puede acompañar a lo lejos a los niños guiándolos a donde está Yomawari-sama para tener una oportunidad para rescatarla.

Llegar a la escuela es lo “fácil”, lo malo es que para seguir ese pequeño camino de montaña hay que pasar por en medio de ella y salir al patio, donde hay que meterse en un agujero hecho en la valla que dará a la montaña y desde allí seguir el camino que lleva al templo. En realidad se podría ir dando toda la vuelta, pero tardarían más y el tiempo vuela antes de que lleguen las 3 de la noche. La verja impide el paso, pero no es nada que no puedan saltar unos niños (aunque sea con un poco de ayuda), el colegio no se cierra por las noches, ya que hay un vigilante de seguridad y en realidad el vandalismo en la zona es cuanto menos anecdótico.

El edificio tiene dos plantas pero lo que les interesa a los niños es la primera planta  (la segunda planta está llena de clases y salones para las actividades extracurriculares) y llegar lo antes posible al patio. Pero por desgracia hay otro grupo de espectros que intentan atacar a los niños, todos relacionados con los misterios de la escuela. (Hanako del servicio, que intentará hacer nuevos amigos que se queden velando la escuela para siempre con ella, se hará pasar por una niña e intentará despistar con alguno de los niños para asesinarlos. Aunque está nunca se aleja demasiado de los servicios que le dan el nombre.  También hay  un Ghasadokuro (un espectro gigante formado por las almas de seres muertos de forma violenta, en este caso las ratas de la caldera al ser varias asesinadas por el gato del director han vuelto para vengarse y son bastante débiles frente a las atenciones de Poro, que puede salvarlos si se encuentran entre la espada y la pared) que está enfurecido por no haber recibido un buen entierro y que hace una serie de preguntas que espera que se respondan certeramente “Tengo pelo” respuesta sí, “tengo alas” respuesta no, “tengo dientes” respuesta si, “quien soy” una rata. Aunque una pista importante es que las heridas que provoca son parecidas a decenas de mordiscos de roedor. También está el modelo anatómico  que vuelve a la vida y recorrerá los pasillos buscando a alguien que pueda sacar “repuestos” y volver a ser completo, aunque es bastante frágil y también se encuentra el mismo vigilante, que ante el jaleo se despertará y se moverá por el colegio, por desgracia en la ronda será poseído por uno de estos seres, volviéndolo muy peligroso). El Ghasadokuro  provocará una fuerte niebla que hará que vayan donde vayan tengan que internarse al interior del gimnasio. Allí, los espectros representarán una pantomima con muñecos de papel donde indican lo que está pasando con Hina en su casa (Una de las escenas será la típica riña tras venir del trabajo el padre, que pagará sus frustraciones con Hina y con Poro, también habrá otra representación donde se verá a la madre insultando a Hina y despreciándola tras la paliza y por último se verá a Hina con un cuchillo en la mano delante del espejo del baño mientras el padre golpea la puerta amenazándola) y lo que pasará sino llegan a tiempo a rescatarla (se verán los pies bailando en el aire), riéndose de ellos de forma burlona e indicarán que no cederán el paso del gimnasio y serán malditos a no ser que una ofrenda sea ofrecida en el altar del colegio (se encuentra en el despacho del director) o si intervienen en la obra para defender a Hina, entonces renuentes dejarán el paso del gimnasio. Por lo que para conseguir salir del colegio deberán eliminar al Ghasadokuro y enfrentarse a los espíritus del gimnasio y/o ir al despacho del director y hacer una ofrenda para que descansen los espectros de la escuela para poder salir por el agujero.

Tras escapar de la escuela encuentran un pequeño camino abandonado que se dirige a la falda de la montaña cercana. Algunas luces fantasmales iluminan el camino mientras que la zona se va volviendo cada vez más agreste y ya llegando a la montaña se encontrarán con el camino atravesado por un tren abandonado que parece llevar mucho tiempo allí oxidándose. Recordarán que hace más de 30 años hubo un accidente y la vía que pasaba por la zona quedó en desuso. Allí espera un espíritu en el tren siniestrado, al meterse en el tren para salir al otro lado la puerta se cierra y se pueden ver imágenes del pasado donde el tren está haciendo el viaje que terminará en desastre, el resto de pasajeros no tienen ningún rostro y todo tiene un color sepia de película antigua, excepto una adolescente que se muestra en color, que lleva un gran bolso con ella. Esta se dirige a los niños pidiéndoles ayuda para bajar del tren, ya que piensa que se ha dormido y se ha saltado la estación. Hacer que comprenda que está muerta es la única forma de que les deje pasar, pero si intentan escapar el espíritu se torna vengativo o si se le dan demasiadas negativas  y persigue a los niños por el tren. Hacerle ver que están en otra época puede ser una buena forma de que se de cuenta de ello o hacerle una promesa de volver a ir para allá de vez en cuando para tener compañía. Aunque si los niños se lo dijeran a un sacerdote podría poner a la muchacha a descansar, pero eso ya sería más allá de la aventura que nos ocupa.

Cuando salgan del tren podrán descansar una única vez más en un pequeño aparador. En otro tiempo el camino había sido cuidado y tenía algo de turismo, ya que la zona tiene bastante encanto, pero hubo un par de accidentes mortales y por alguna razón el número de suicidios en la zona aumento (en realidad, por la dejadez con la que ha tratado el pueblo al Yomawari), lo que hizo que quedará en desuso, a excepción de los programas de fenómenos sobrenaturales (los cuales apenas tienen un indicio de lo que realmente pasa, solo los niños con su inocencia pueden ver a los espectros). El camino es fatigoso e empinado, pero sin ningún contratiempo (el resto de espíritus tienen miedo de Yomawari-sama y los que no lo tuvieron fueron devorados).

3ª parte: ¿Cuál es tu mayor deseo, Hina?

El pequeño templo está en un estado lamentable, el poco cuidado que se ha tenido durante años y el paso de unos vándalos de afuera han hecho que el lugar sea poco más que una ruina.  Al lado del templo se encuentra un gran árbol que se mueve por el viento. Allí está Yomawari-sama susurrando cosas a Hina que se encuentra subida encima de una piedra  temblando, entre sus manos está sujetando una cuerda en forma de horca colgada en una robusta rama que se zarandea ligeramente por el viento. La presencia de los niños molesta a Yomawari-Sama y con un gruñido deja en paz a Hina para con grandes zancadas dirigirse a por los niños mientras dice:- Sois unos niños muy malos, en vuestro caso seréis un buen tentempié.- Si le encaran lo que está pasando a Hina, el ser para y con una sonrisa carnívora aclara:- Hina es una buena niña y está a punto de recibir su mayor deseo… terminar de una vez con el maltrato de sus padres de una vez por todas. Sino está ella, ya no podrán maltratarla ¿Verdad? – La criatura se ríe y pueden intentar convencerle antes de que ataque.

Es en este momento cuando Poro puede aparecer por última vez, sus ladridos pueden hacer reaccionar parcialmente a Hina, alejándola del árbol o atacar al Yomawari si este ataca a los niños. Sea porque consiga que Hina se libre de su destino o dañado por el toque del Yomawari, el cuerpo no-muerto de Poro parara de moverse.

El Yomawari puede ser convencido de varias formas para que deje en paz a Hina, la primera es que alguien se quede como sacrificio para él a cambio de Hina, su valentía hará que el “dios” se apiade del resto. Este personaje volverá completamente cambiado volviéndose un psicópata en ciernes. Otra forma es ofrecer un tributo monetario (o algo de valor) en el cajón de los tributos del templo (aunque habría que esquivar al monstruo para llegar hasta él), esto hará que se lo planteé al sentir que de nuevo aunque sea por esta vez alguien cumple con la adoración debida, pero haría que en el epílogo se interesase por esos niños tan divertidos. También prometerle recuperar el templo o venir a adorarlo hará que se apacigüe, aunque tendrán que cumplir su promesa en el futuro, ya que es bastante rencoroso (Preguntar que hace cada jugador al final de la partida como epílogo, puede dar con que algún personaje sea cazado post-partida por olvidarse).También llegar hasta Hina y hacerle que vuelva a la realidad para que Hina cambie el deseo por el más acuciante en ese momento, el deseo de salvar a sus amigos, eso haría que el Yomawari fuera ganado en su juego y le resultará muy divertido, con lo que los observará desde lejos. Por supuesto, está la posibilidad de coger a Hina y huir como alma que lleva el diablo, evidentemente esto enfadará sobremanera al Yomawari y el epílogo tomará un carácter amenazante. Aunque en cualquier caso, Hina no querrá dejar a Poro en ese lugar y querrá enterrarlo al lado de su caseta.

Epilogo: Volver a la normalidad

En cualquier caso, recibirán la marca de Yomawari –sama (su aliento pútrido), lo que hará que el regreso a casa sea más tranquilo, ya que el resto de espectros teme la fuerza de este y jamás tocarían a sus “presas” (o si lo han hecho muy bien a sus “invitados”) pero en todos los casos excepto quizás el huir con Hina dejando enfadado a Yomawari-sama, hará que el “dios” haga un último favor a Hina, asesinar a sus padres cuando vuelvan en el coche, simulando un accidente. En este epilogo tendrá un tono “feliz” Hina va a parar a unos familiares cercanos que la cuidan bastante bien  (quizás la familia de Yamato-kun), dejará de llevar ropa de manga ancha e incluso ira a la piscina con el resto de niños y durante el resto del verano no habrá más noches como la que pasaron. Los personajes podrán decir como les ha afectado la noche y cuales son sus planes de futuro más inmediato (recuerda que si han hecho promesas al Yomawari y no las cumplen tú tienes la última palabra para castigarlos).Aunque de una forma un otra, no podrán dejar de tener la sensación de que Yomawari-sama vigila sus acciones, esperando que sean niños “malos” para llevárselos con él.

A partir de aquí están los links de descarga, espero que lo disfrutéis.

Para descargar la partida pulsa en este link:

En los siguientes archivos ofrezco las fichas en pdf de los diferentes personajes predefinidos para esta partida con el sistema de Little Fears, pero es muy sencillo trasladarlos a otros juegos:

La payasa de la clase, Haru-chan

Karateca Robusto, Haya-kun

El débil pero extremadamente inteligente y amante del terror, Hiro-chan

«Extranjera» religiosa, Sakura-chan

El chico popular maldito por los fantasmas, Yama-kun

4 comentarios

  1. He masterizado mi primera partida con tu partida, estuvo divertido, les dejé a los jugadores que escogieran los objetos que se quisieron llevar, el personaje de Haru, que era la payasa de la clase, le robó el micrófono vibrador a su madre porque decía que como vibraba asustaba a los monstruos xD. Con esto ya te puedes hacer una idea de cómo un rol de terror se convirtió en Scary Movie.

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    1. Con todo el respeto, en mis primeras partidas habiamos convertido un camión en una batería de cañones, habíamos quemado aldeas completas porque a mis colegas les daba por ahí etc… es normal ser cafre en nuestras primeras partidas. Pero luego se pasa (usualmente) de todas formas como director, le puedes poner freno, que la historia en el fondo es un dramón XD.

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