En anteriores artículos he demostrado mi cariño por los comics orientales y en cierto modo, por su cultura en general. Y uno de los puntos que más me atrae es su forma de tratar la religión. Los japoneses han tenido varias influencias dentro de su vertiente religiosa, y al contrario que otras culturas, decidieron mantener trazas de todas ellas, quizás con la excepción del cristianismo, que al verse como una religión de “bárbaros” y la persecución posterior fue menos asimilada.
Pero es su base animista lo que más me interesa, con esa religión donde cada elemento de la naturaleza tenía un dios asociado y ese amor/reverencia hacía la naturaleza me intrigaba.
Y aunque en el manga, usualmente se tratan temas menos transcendentales, ha habido mangas que han hablado de este amor por la naturaleza y esa sensibilidad animista sobre el medio ambiente. Desde el precioso manga de Fénix de Osamu Tezuka, hasta mangas de horror, donde la humanidad era castigada por sus crímenes hacía la madre tierra, hasta la ciencia ficción de Katsuhiro Otomo en “la leyenda de la Madre Sarah”. Pero sin duda uno de los mangas que se ha convertido para mi en un imprescindible y que habla con verdadero amor sobre la naturaleza es…

Creado por la mangaka Auki Urushibara, haya por el año 1999 para finalizarlo en el 2008, a través de 10 volúmenes nos encontramos con las aventuras del maestro de insectos (al menos así lo tradujeron) Ginko en los casos relacionados con estos interesantes seres. Ha tenido su traslación en dos series animadas, un especial de televisión y una película de imagen real creada por Katsuhiro Otomo.
El dibujo en cierto modo es algo irregular respeto a los seres humanos, porque las caras suelen ser similares entre sí, por lo que cuesta en cierto modo diferenciarlas, pero los escenarios y los mushi son sin duda sorprendentes, y te dan ganas de recorrer las tierras que los viajes de Ginko nos sumergen.

El resultado final de un Mushi que devora los ojos de su anfitrión
¿Qué son los mushi?
En el primer tomo se nos da una aclaración por parte del mismo Ginko, que denomina a los Mushi como los seres más cercanos al corazón de la naturaleza, siendo los hombres los más alejados de ella. No son ni animales, ni plantas. Con unas características que pueden considerarse sobrenaturales en muchos casos. Usualmente los humanos no pueden verlos, y es por ello que deben encargar en el caso de que alguien sufra por algún mushi nocivo a un maestro de insectos (mushishi) que solucione el caso. Sus efectos pueden ser desde que te hagan tropezar para poder beberse tu sake al cruzar una montaña, hasta que te hagan desaparecer en la oscuridad, que convierta a alguien en un para-rayos, que dejen los recuerdos de un árbol en un ser humano etc… Sin duda, son los grandes protagonistas de esta serie de mangas (y del resto de versiones) Son un canto a la naturaleza, que es tanto hermosa y atrayente, como terrible y enigmática.

La serie tiene una paleta excelente y da gusto ver a los Mushi en todo su esplendor
Aunque no solo se queda en los mushi, ya que la obra tiene su propia mitología donde la estabilidad medioambiental es protegida por unos seres compuestos por Mushi, y que ceden cierto poder a un animal (o en casos extraños, humano) para proteger ese orden natural en las zonas donde una fuente inagotable de vitalidad llamada el licor de luz se desplaza. No conseguir esa estabilidad, puede llevar la muerte a la montaña que es protegida, pero también a las zonas aledañas y convertirse en un hervidero para la especie prohibida, un tipo de Mushi que aumenta cuando el ecosistema es dañado y provoca fuertes desbarajustes entre la vida y la muerte.
En cuanto al tipo de historias que podemos encontrar en los volumenes pueden variar y excepto algunas excepciones no tienen un hilo común. La gran mayoría son historias sueltas con el conector de Ginko y de los mushi, pero pueden variar los temas de los que se habla, desde historias tristes, esperanzadoras, con toques de terror, a simple demostraciones de la majestuosidad de la naturaleza. Aunque también hay pequeñas sagas como las del pasado de Ginko, o las relacionadas con la especie prohibida.
También hay que destacar las relaciones tan humanas que tienen los distintos secundarios que se encuentran dentro de estos volúmenes, no solo los que han recibido el trato poco grato de los Mushi, sino todos a su alrededor. Porque bien puede que en Mushishi hable de las criaturas, pero el enfoque hacía el drama humano, es siempre llevado con buen gusto. Desgraciadamente, la serie se interrumpió, por lo que jamás sabremos como le hubiese gustado acabar la serie a la autora. Pero dejo suficiente material como para que no te deje un sabor amargo.

Aunque no soy especialmente amante de las traslaciones de acción real de mangas, todo hay que decir que esta obra bien mereced una revisión, aunque tenga varias diferencias respecto a la obra origen
¿Y cual es mi opinión sobre este manga/serie/película?
Que entre tanto shonen y seinen prefabricados con personajes clónicos y argumentos insulsos, es bueno ver que hay gente que se arriesga, que busca temas diferentes y formas de contar temas tan profundos como la melancolía o el trato que da el hombre a la naturaleza. Y este viaje en el que participe durante estos 10 tomos me proporciono una experiencia quizás menos vibrante que otras, pero también más profunda. Por lo que si la veis en algún rincón olvidado de vuestra tienda friki más cercana dadle una oportunidad, y sino mirad la serie, que plasma todas estas ideas junto a una banda sonora genial y una animación bastante fluida, sin alejarse en exceso del manga.
Espero que la reseña os resulte de ayuda y que los mushi os sean benevolos.