Hablar de 2022, es hablar de convivir de la guerra, la crispación, una normalidad de crisis permanente, los rumores infundados, la apertura del turismo, la hostilidad apenas disimulada, pero también de la apertura de las grandes convenciones roleras . El rol online como una alternativa normalizada, para probar nuevos juegos o jugar con gente que por disposición física quizás jamás jugarías. Pero una vuelta a la mesa de mucha gente que se había ido del rol para volver por los años de cuarentena. Y para mí ha sido otro año más de rolear mucho a pesar de mi habituales momentos de depresión, pero entre escapadas y jornadas ha sido el año que más he roleado desde mis años mozos. Aunque sigo siendo el permanente director por iniciativa propia, también me abro a ser jugador… aunque no sea lo mío. Pero bueno, es algo que mis seres queridos y jugadores/master me soportan para su desgracia.
